14 de diciembre de 2009

La Ciudad de los Payasos


En medio de un pasillo frio, perfumado con formol y cloro.
bajo las viejas lámparas deslumbrantes que destellaban desprecio,
se escucho un grito angustioso, detrás
de una jadeante respiración resignada,
nacía el tercer hijo de una mujer sola,
con sus diminutas alas casi inexistentes que en el momento preciso,
no le salvarían la vida y su carita de anciano inocente,
que en el futuro no llegaría a tener,
se retorcía entre las seguras manos del medico,
su palpitante corazón se traslucía detrás de la delgadísima piel de durazno, cálida y sensible, sintiendo ella una gran desolación al verse sometida al yugo del villano miedo, abrumada por pensamientos pesimistas,
dejaba que las fuerzas de su cuerpo la abandonaran por completo,
su mente terminaba cayendo lentamente en el obscuro y profundo poso de la indiferencia, su hijo luchando por asimilar el asombro que todo a su alrededor le causaba, tratando de controlar el enfoque de sus pequeñitos ojos desorbitados, al llevarlo con su madre el pequeño disfrutaba del abrazo cálido que el olor de ella inconscientemente le brindaba,
el reconocimiento era mutuo en aquel sofocante espacio del nosocomio;
pero el tiempo no se detiene, en un parpadeo ese inocente niño, ya corría descalzo, salpicando sus roídos y descoloridos pantalones con el agua pestilente de los charcos estancados de las calles,
mientras la madre hacia el doble turno como costurera en una empresa extranjera,
los hermanos mayores ganaban unos centavos aprendiendo los vicios de las calles y vendiendo mazapanes en el transporte publico,
su padre un reconocido Don Juan de la colonia, y desconocido
en sus múltiples familias abandonadas, no aportaba ni una sonrisa
para alimentar los días de este desdichado brinca charcos,
los días tatuaban su paso en su cuerpecillo enclenque, que luego mas tarde tomaría firmeza para realizar su trabajo;
el día menos pensado tuvo que compartir carrera, con otro niño de su edad,
perseguidos por un iracundo y esquelético adicto, que amenazaba con matarlos,
y despellejarlos con esa navaja mugrienta,
desde ahí se hicieron grandes amigos,
su amigo con ojos pizpiretos y audaces, resaltados por las pecas
de mugre de sus rosadas mejillas, no paraba de brincar,
siendo bajito y flexible, cabía por cualquier prohibido agujero,
y hacia infinidad de malabares con las cosas que alcanzaba a robar
de cualquier vivienda sola,
así vivieron su precaria niñez, entre charcos, malabares, carreras y una hambre crónica.
desprevenidamente les llego la adolescencia y con ella infinidad de necesidades,
pero para esto ya tenían un oficio definido, que día a día mejoraban,
la atormentada adolescencia le dio paso a la insensata juventud,
estando en sus veintes este par tan singular, ejecutaban su oficio con genialidad y destreza, siendo estos payasos callejeros cubrían las tristezas de sus rostros con gruesas capas de pintura
blanca,
y dibujando una enorme sonrisa con colores llamativos, desdibujaban las penas que a sus almas torturaban frente a decenas de coches indiferentes y contaminantes, siempre en la misma esquina.
Se escuchaba el incesante tintinear de los metales oxidados,
de una vieja y destartalada bicicleta en la que llegaban los dos desde temprano
para empezar la función.
por unas cuantas monedas presentaban un espectáculo único, las naranjas flotaban en el aire, como pelotas sabias y diestras de un elegante circo, aderezando con
las botellas de refresco forradas con cinta adhesiva negra como mazas,
en segundos armaban y desarmaban el espectáculo mientras el rojo del semáforo los dirigía,
sus cuerpos empapados de sudor y sus cráneos soportando el inclemente sol abrazador, la sonrisa no se les caía,
así pasaban la mayor parte del día cuidando el cambio de luces y apagando los anhelante sueños,
la escuela no logro retenerlos, ni la arrogancia de su mísero destino logro someterlos, aun así el payaso brinca charcos en su interior albergaba mucho dolor comprimido, que haciendo fricción con su animo diario, se dejo atrapar por la vocecilla mentirosa e intrigante de la curiosidad, haciéndose cautivo de la drogadicción,
con el dinero ganado y la espalda desecha llegaba a su hogar en ruinas, su madre había muerto hacia tiempo de una misteriosa enfermedad, a sus hermanos se los trago el mundo, así solo se tiraba en un mugriento colchón infestado de pulgas, para luego sentir como sus fuertes alas lo alzaban en vuelo transportándolo a lugares extraños.
Una mañana fresca, las gotas de rocío depositadas en las flores somnolientas brillaban intensamente con los primeros rayos del sol,
como cada día el malabarista paso en su bicicleta a buscar a su amigo el brinca charcos,
no necesitaba tocar a la puerta, pues su cuartucho no contaba con una, no necesito abrir las inexistentes ventanas para tomar aire y así poder soportar el dolor causado de ver a su amigo con piel violácea y ojos acristalados,
su cuerpo no pudo volar mas alto, mas su alma no necesito las alas para elevarse con su madre que de vez en cuando lo visitaba en sus alegres sueños, el día anterior había sido muy productivo y pudo comprar veneno mas de lo cotidiano,
pero su cuerpo no soporto aquel maldito festín, yacía inerte en su cochón,
con sus veintitantos años sufridos y sus millares de sueños destruidos.......
ahora el malabarista trabajara de base, en sus hombros cargara a un joven pupilo aprendiz de malabarista con su carita pintada trabajara por unas cuantas monedas y padecerá bajo el ardiente sol,
el payaso malabarista necesitara mas pesada la capa de pintura blanca en la cara para poder tapar la palpable marca de dolor sufrido por la perdida resiente y este seguirá de frente, entreteniendo a los conductores y cuidándose de los cambios de luces de los semáforos.
tarareando canciones ya viejas, húmedas, pestilentes, amargas y sombrías.

27 de noviembre de 2009

Se acaban los sueños......

Recordando mi ciudad pasada........

Una noche como esta,
bajo una luna creciente, caminaba en una bulliciosa noche,
mientras mis pasos silenciosos abanzaban hacia la calma de un lugar conocido;
la acera empedrada anunciaba la entrada discreta, del lugar que estaba abierto.
El café de la Estación, dentro, unos consumidos y cómodos sillones llamaban al descanso,
mas las paredes bicolores y los desnudos focos que pendía de las vigas envejecidas; con una lucesilla taciturna, ambientaban el espacio.
Así pues, el contraste de las obras de arte, muy bien ejecutadas en pálidos y fríos azules,
que perennes y somnolientas soportaban las horas acompañando a la clientela;
y donde una música modorrada repiqueteaba, una presencia se reflejó en los cristales del ventanal, así pues imaginaba su voz, susurrandome al oído; palabras cifradas......
Interrumpida en mi ensoñación, por el enervante olor del perfume barato de la camarera,
que diligente entregaba las bebidas escarchadas, como una caricia de la muerte;
un escalofrío recorrió mi espalda, después de que mis labios tibios tocaron el cristal congelado del vaso susodicho y embriagada de nostalgia recordaba con el sabor amargo de la cerveza que me traía recuerdos vagos, de platicas pasadas,
enmudeciendo los murmullos incesantes de palabras distantes,
con desdibujada mirada e inaccesible animo disfrutaba la estancia, engulliendo así las horas.

De manera que fue poco el alcohol ingerido, ya que solo enblandeció los músculos contraídos,
con el cometido de regocijarme, decidí salir del lugar,
vagando entre callejuelas atestadas de muchedumbre,
que transitaban ufanos; por el centro de la ciudad,
conforme me acercaba a un tumulto preciso entremetiéndome con la gente,
hasta llegar al enfrente, donde se escuchaban unas guitarras cantando
y unas voces recordando melodías muy desgastadas; en efecto, sobre un templete improviso deleitaban a sus oyentes un cuarteto de vejetes enamorados, pese a que sus voces eran
aguardentosas, el publico estaba complacido,
disfrute del espectáculo mas tiempo de lo pensado,
ya que la actividad nocturna del centro ofrece a los paseantes muchas y
originales distracciones que luego contare,
cuando los flachazos de la inspiración me alumbren,
el camino estropeado de mis palabras locas.

hasta pronto...............

24 de octubre de 2009

bienvenidos

Estoy empezando este blog,
me siento feliz de compartir con ustedes, parte de mi mundo,
espero les guste.
gracias por visitarme,
saludos